sábado, 21 de junio de 2014

Escardó - La casa nueva (evocaciones del Colegio Nacional de Buenos Aires) ebook descargar

Florencio Escardó, 1964. La casa nueva, evocaciones del Colegio Nacional de Buenos Aires, del que egresara en 1922. El libro está fuera de edición, se consigue usado.


Para descargar en esta carpeta. El ebook es una colección de fotografías en jpeg, nada sofisticado.

Una cita:
"A pesar de la estricta vigilancia que el colegio ejercía, había en nuestro curso tres muchachos que desaparecían cuando querían, a poco que corriesen el peligro de ser interrogados por los profesores en situación desventajosa faltaban a esa clase, para reaparecer tranquilos y serenos en la siguiente. Lo advertimos cuando, presentes al pasar lista de la asistencia, no lo estaban al llamado del profesor. Al ser requeridos dábamos, con automática y no requerida complicidad, las explicaciones más plausibles.
- Se retiró enfermo.
- Salió con permiso.
- Está en la Prefectura.
Pasado el peligro retornaban y no había fuerza en el mundo que les hiciese confesar adonde se habían escondido; cuando la presión inquisitiva se tornaba muy fuerte se limitaban a contestar:
- Estuvimos fumando.
Y nadie los sacaba de allí. Evidentemente era una consigna. Entretanto disfrutaban del prestigio conjugado de la eficacia de una escapatoria y del hermetismo. Hasta que un día la presencia de un misterio mayor los hizo hablar. Habían descubierto una efracción en el tabique de tablas que separaba lo restante del claustro del sitio demolido hacia el oeste; como formaba una “impasse” los inspectores de patio no creían necesario vigilarlo. Con paciencia de presidiarios habían perfeccionado el buraco sin alterar la anatomía externa y en el momento propicio se pasaban al terreno donde, detenida un tiempo la obra, las hierbas iban recobrando el implacable derecho vegetal sobre los trozos de muros derruidos y sobre el desorden de fragmentos de ladrillos y cementos, conjunto propicio a cualquier aventura y sitio maravilloso para una escapada; en ese decorado de Huber Robert pasaban sus semi-rabonas el gordo Venazzano, el flaco Estiú y el loco Tays. La necesidad de las reservas era obvia ya que la difusión de la noticia hubiese significado el fin del disfrute y los tres lo guardaban como juramentados llamando, para mayor romanticismo “Ortus conclusus”, a aquel yuyal de ricino, cardos y malezas que medraban a cien metros de la Pirámide de Mayo. Sucedió que recorriendo su coto de humo dieron con algo que no esperaban jamás: la boca de un ancho túnel abovedado, libre de toda obstrucción y de estructura perfecta que partiendo de lo que habían sido los fondos del antiguo Colegio se prolongaban hasta el noreste o sea en la dirección de la Casa de Gobierno; penetraron cuidadosamente en él y avanzaron sin dificultad muchos metros hasta que los rodeó la oscuridad más completa. Abandonaron las exploraciones para mejor ocasión, pero al volver al Colegio la magnitud del descubrimiento pudo más que el interés escapatorio y entre ilusionados e incrédulos varios más fuimos iniciados en el tremendo secreto."
Florencio Escardó, La casa nueva    

domingo, 15 de junio de 2014

Florencio Escardó - 1981. Abandónicos y Hospitalismo (Eudeba) ebook descargar

Florencio Escardó - 1981. Abandónicos y Hospitalismo (Eudeba) ebook para descargar.


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El libro está fuera de edición, y sobre todo la primera parte está teñida de lecturas de psicología ajenas (y a veces el autor nota que en la experiencia diaria se ve otra cosa), pero en lo que atañe a su experiencia personal analizando a médicos y enfermeras, y a los niños en internaciones complicadas en terapia intensiva, se vuelve un libro valioso, un libro de datos.

Algunos párrafos

p. 61-62. "Se pueden describir dos formas de padecimiento. Con independencia de la enfermedad que ha determinado la internación y cuando ésta, como ente aislado, aparece técnicamente dominada, surge:
a) La angustia con inercia. El niño está postrado e indiferente; nada le llama la atención, si se lo toca o acaricia la mejilla parece no sentirlo; llora, lloriquea o gruñe esporádicamente, pero durante la mayor parte del tiempo está apático y silencioso mirando al vacío. Corta todos los contactos humanos y nada ni nadie a su alrededor parece interesarle; comunica al espectador sensible una honda e inenarrable sensación de tristeza que -rasgo notable- no desaparece durante los días de la visita de la madre. El niño parece haber olvidado a su familia; ahora pertenece al hospital. Al poco tiempo, el retardo motor se une al retardo psíquico; si ya caminaba deja de hacerlo y aun pierde la posibilidad de mantenerse sentado;el decúbito dorsal con la cabeza inclinada es su posición predilecta; más tardíamente puede aparecer el "rolling" o bien se chupa en forma permanente, pero sin demasiada energía, no el dedo sino el puño. La inmunidad decae dramáticamente: las diarreas, vómitos, anginas y piodermitis son la regla, lo que se atribuye clásicamente a las infecciones cruzadas. Con poca imaginación puede aceptarse que un miasma maligno ronda, sobres las camas blancas. Es común que surja más inapetencia cerrada resistente a los regímenes más ingeniosos y que agrava el estado general llevando al organismo a la distrofia. El  hospital se empeña en corregir con sueros y antibióticos la enfermedad que él mismo provoca y mantiene.
b) La angustia intensa con llanto. El chico llora y grita en forma ininterrumpida, toda tentativa de calmarlo es inútil, tales accesos se ven entrecortados por fases de agotamiento, el chico se desploma en la cama para volver a comenzar al poco tiempo. Estos llorones ponen en el ambiente una particular tensión que conduce a que a menudo se les indiquen y administren calmantes, sobre todo durante la noche. A poco que se prolonga la internación, se instala el cuadro que puede ser denominado propiamente hospitalismo. "

p. 63-64.
"Sobre un fondo común de retardo vital se muestran solos, combinados o imbricados tres grandes síndromes.
1) Las infecciones repetidas, que no merecen aquí particular mención (...)
2) La detención del desarrollo. Poco a poco el niño pierde las actividades motrices que había adquirido, se detiene en su crecimiento global, olvida su lenguaje y se hace incapaz de una adaptación social eficaz; parece como si "se cosificara". Su expresión se torna indiferente, y la cara toma una peculiar rigidez, no responde a ninguna solicitación cariñosa o adopta movimientos cefalógiros que parecen consolarlo.
3) La atrofia psíquica (...) El aspecto del niño es la culminación de lo ya descrito. Intensamente pálido, con un tono subcianótico alrededor de la boca, sólo conserva de su cabello un mechón en la parte superior del cráneo (...), la piel pegada a los huesos, áspera y arrugada. En la cara sólo conserva como residuo graso la bola de Bichat, que es el tejido adiposo esquelético, la que dando base a los abanicos de arrugas que bajan hasta las comisuras labiales, conforma lo que los autores franceses, siempre imaginativos, llamaron " la cabeza del filósofo" (...). En las córneas opacas se extingue el último brillo de la mirada; en los puntos de apoyo se forman escaras de decúbito que apenas supuran, signo de la incapacidad de la reacción orgánica. El conjunto ofrece una de las imágenes más tristes que puedan darse, y a la que los antiguos llamaron marasmo. "

p. 71. "Las objeciones y la resistencia. Este párrafo puede ser iniciado con la sentencia ya citada del gran Osler: "Para imponerse, las ideas deben luchar con hombres honrados, pero ciegos mentalmente". En el caso del hospitalismo la primera de las calificaciones no puede ser aplicada. Como la afirmación es grave, la fundamentaremos enseguida. El médico de hospital que ejerce en la actividad privada practica consetudinariamente una doble moral: en el hospital exige al paciente solo, aislado y a su entera disposición; si, en cambio, lo interna en una clínica o sanatorio privado acepta y aun determina que esté acompañado y visitado, según el caso, por la madre, el padre, el esposo, la esposa, los hermanos y amigos. A pesar del clásico cartelito "No se permiten visitas", siempre queda algún familiar cerca o cuando menos una hipotética pero posible enfermera de guardia al llamado del timbre. Establecida de modo irrebatible esta doble moral, estoy en condiciones de afirmar que no he oído una sola objeción que merezca ser considerada con honradez".

Referencias (citadas en el libro)

(1) Escardó F. y Giberti E., Hospitalismo, Buenos Aires, Eudeba, 1964.
(2) Escardó F., La psicología del pediatra, Buenos Aires, Peña Lillo 1976.
(3) Bowly, J., "Los cuidados maternos y la salud mental", edición en español de la oficina Sanitaria Panamericana, Monografía nº 2. Publicaciones científicas, nº 14, diciembre 1954. Boletín de la O.M.S., vol. 16, nº 9, págs 359-372, setiembre 1962.
(4) Bowly J., El vínculo afectivo. Buenos Aires, Paidós, 1976.
(5) Guex, Germaine, La neurosis del abandono, Buenos Aires, Eudeba 2a edición, 1963.
(6) Escardó, F. Pediatría psicosomática, Buenos Aires, El Ateneo, 1976.
(7) Escardó, F. y Coriat L., "Development of postural and tonic reflexes, in the newborn". Pediatric Clinic of N. A., vol. 7 nº 3, Filadelfia, Saunders, 1960.
(8) Cooper, D. La muerte de la familia, Buenos Aires, Paidós, 1971.
(9) Spitz R., El primer año de vida del niño, Madrid, Aguilar, 1966.
(10) Sullivan H. S., La teoría interpersonal de la psiquiatría, Buenos Aires, Psique, 1960.
(11) Escardó, F., Anatomía de la familia, capítulo "La función abuela", Buenos Aires, El Ateneo, 7º edición, 1974.
(12) Schust T. P., Ocampo M. L. F., Schust M. C., Smulovich E., y Wengerow E., "La madre del distrófico", Boletín de la Cátedra de Pediatría, Prof. F. Escardó. nº 2, 1959.
(13) Revue de l'Assistance Publique a Paris, 4/5, enero-febrero 1957, pág 49 y sigs. Número dedicado a hospitales de niños.
(14) Cit. en Stone J. y Church J., Niñez y adolescencia, Buenos Aires, Hormé, 1959, pág 83.
(15) Esta cita y las que siguen deben buscarse en (1)
(16) Aubry Genny, "La carence de soins maternels", Centre Internacional de l'enfance. Travaux et documents VII, vol. de 185 páginas, 1955.
(17) Schweizer F., Trastornos nutritivos del lactante (Disontia), Buenos Aires, El Ateneo, 1941.
(18) Bender L., "Psichopatic Behavior desorders on children", en Lindner R.B., y Selinger R. V., Handbook of correctional psychology, Nueva York, 1947.
(19) Escardó, F. "La educación del pediatra desde la comunidad (un eemplo de educación ascendente)". Revista Colombiana de Pediatría y Boletín del Instituto Interamericano del Niño, t. XXVII nº 1, febrero, 1971.
(20) Jones Maxwell, La Psiquiatría Social en la Práctica, Buenos Aires, Americalee, 1968.
(21) Escardó F., Carta abierta a los pacientes, Buenos Aires, Emecé, 1980.
(22) El hospitalismo como problema moral en Moral para médicos, Buenos Aires, Peña Lillo, 1977.